Plomo al hampa, un sentir nacional para recobrar la tranquilidad perdida

El auge delictivo en nuestro país es una realidad que tiene en estado de alerta permanente a los venezolanos, a diario se cometen multiplicidad de robos, homicidios, secuestros, violaciones, actos vandálicos y demás hechos al margen de la ley que dejan un saldo lamentable de pérdidas humanas, económicas y un ambiente de inseguridad que deteriora la calidad de vida de nuestra población.

En este blog nos propondremos analizar este fenómeno, dar consejos prácticos a nuestros lectores para evitar ser víctimas de los delincuentes, además de difundir información policial y de sucesos para estar al día del acontecer en esta materia.

PLOMO AL HAMPA, un clamor nacional para recobrar la tranquilidad perdida.

Un saludo.

Equipo de redacción.

jueves, 18 de noviembre de 2010

¿Eres taxista?, evita ser víctima del hampa siguiendo estos consejos de seguridad



Si eres taxista debes tener en cuenta que has tomado uno de los oficios modernos más arriesgados, junto al del policía, el bombero y el corresponsal de guerra. Sin embargo, observando algunas medidas mínimas de seguridad podrás evitar ser víctima del hampa, resguardar tu vida y tu vehículo.




(*).- Tomado de Taxi Aventuras Venezuela.


(1) No aceptes en lo posible pasajeros con camisas, chaquetas o franelas por fuera, y una chaqueta menos si en la región el clima no lo hacer necesario. No tomes pasajeros que puedan ocultar un arma.


(2) Los borrachos, cuando tú no estás incluido, causan muchos problemas: se orinan, se vomitan y en muchos casos pueden intentar agredirte. Hay muchos armados por ahí.



(3)Una vez que se aborda un pasajero y se ha hablado con él respecto de adonde se dirige, no te detengas en la vía. Podría ser un asaltante que espera por su compinche más adelante. Pregúntate: ¿sentido tiene pararse aquí, sin habérmelo anunciado antes?



(4) El pasajero que no sabe para dónde va es sospechoso en primer grado. Así gana tiempo y te hace caer en ambigüedades mientras espera el momento para darte el zarpazo, supuesto que sea atracador. No hagas paradas.



(5)Trata en lo posible de montar en tu vehículo un único pasajero para eventualmente hacer menos probable el sometimiento. No montes más de uno, en lo posible.



(6) Las historias de hombres tristes, con problemas, por ejemplo abandonado por sus mujeres y sin dinero, son una forma de llegar con confianza a ti. Evita perder la subjetividad. Las historias de hombres que salen de la cárcel son típicos argumentos para acobardarte. El asaltante es un buen mitómano.



(7) Sin perder la amabilidad formal de tu trabajo, un tono cínico y una pose de conocedor de la calle, arrugará el espíritu de un delincuente que empieza, pues nunca se sabe donde va a saltar la liebre. Nunca se sabe: tú puedes ser material de escuela de un principiante. El taxista es un tipo de mundo, que no teme.



(8) Desconfía de todo aquel sujeto que en aspecto exterior aparente con gran notabilidad ser o pertenecer a algo. Es el gancho más típico para el engaño. Es lo que hace que luego nos lamentemos diciendo "Me atracó un predicador, ¿puedes creer: sacó su arma de la una Biblia hueca?" Cualquier pinta puede ser un buen disfraz.



(9) Las mujeres deliberadamente atractivas no son pan para comer sino para sospechar infusiones de veneno. Generalmente son varias y te "montan" un teatro. Un camino de rosas suele conducir al infierno.



(10) Si alguna vez tienes la certeza de muerte corre y amenaza, abrochándote con antelación el cinturón de seguridad. Un impacto vial nunca está en los planes de un delincuente.



(11) Los asaltantes generalmente son unos cobardes. Amenaza, siempre amenaza si comprendes la inutilidad del ruego. Que si ir a la cárcel por esto o aquello, que si la vía está atestada de policías, afectando a los a los pobres asaltantes, que si patatín, patatán.



(12) Utiliza constantemente la visión periférica, de no lograr que el pasajero se monte adelante. Es más fácil el asalto desde las espaldas.



(13) Ten mucho cuidado en los semáforos, desde afuera y desde adentro: hasta te pueden dejar a pie, esperando el cambio de luz para peatones.

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