El Rodeo II, campo de batalla entre bandas de reclusos y efectivos de la Guardia Nacional

Penal El Rodeo II. Foto: Archivo.

Los Teques.- El Internado Judicial Capital o Rodeo II, como también se le conoce, ha sido objeto en los últimos días de diversos hechos de violencia en los cuales más de una decena de reclusos ha perdido la vida y se han generado severas alteraciones al orden interno del penal.

El pasado martes, una reyerta entre los reos dejó el saldo de 15 heridos, según informó el diario Tal Cual, la situación lejos de ser controlada totalmente por las autoridades de la Guardia Nacional Bolivariana y del Ministerio del Interior y Justicia se ha agravado, debido a que la violencia continua.

Como consecuencia del motín, las autoridades penitenciarias decidieron suspender la visita, situación que desató la ira de las bandas organizadas que operan dentro del penal, las cuales tomaron como medida de presión abrir fuego contra los funcionarios de vigilancia, dando origen a otra balacera que se registró hace escasas horas.

Guardia Nacional intenta preservar el orden en el penal. Foto: Archivo.

El hecho debe llamar a la reflexión, ¿qué hacen los reclusos de un penal con armas de fuego, blancas o de cualquier tipo?, ¿cómo ha podido ser posible tal nivel de corrupción en el sistema penitenciario venezolano, que hoy en día hablar pistolas, escopetas, sub ametralladoras  y hasta granadas en cualquier cárcel de nuestro país sea algo común?, ¿cuales serán las consecuencias a posteriori de esta situación?.

Lejos de la retórica barata y "políticamente correcta" de las ONG que critican las condiciones infrahumanas en que viven los reclusos en los penales y se que se han convertido en los principales defensores de los transgresores y sus tropelías tras las rejas y de la cacareada "humanización penitenciaria" del Gobierno Nacional, debería haber una reflexión sobre los peligros que pudiera traer para la seguridad ciudadana, la existencia de bandas organizadas y bien armadas dentro de los penales, las cuales con estas características están a punto de desbordarse.

Los motines penitenciarios y fuertes balaceras
se han convertido en hechos recurrentes en Rodeo II. Foto: Archivo.

Cada día son más recurrentes los casos de bandas de sicarios, secuestradores express, extorsionadores y narcotraficantes dirigidas desde el interior de los penales, extorsiones telefónicas contra ciudadanos realizadas por algún privado de libertad y la ejecución de cualquier cantidad de crímenes atroces en el interior de los mismos.

Cuando un individuo es privado de libertad se hace con el triple propósito de castigar una acción contraria a la ley y perjudicial a la sociedad, alejarlo de otras personas que puedan ser sus potenciales víctimas y procurar su rehabilitación social para que pueda ser reinsertado en la comunidad. Sin embargo, bajo esta deprimente situación lejos estamos de que el sistema penitenciario cumpla con sus objetivos.

La situación penitenciaria de Venezuela es
una bomba de tiempo. Foto: Archivo. 

El meollo del asunto pareciera ser que existen mafias penitenciarias que han hecho de la desdichada situación de los privados de libertad y del caos carcelario un jugoso negocio, en el cual una celda con ciertas "comodidades", ingresar armas, drogas, alcohol, prostitutas o cualquier otro elemento y mantener el control de la situación a costa de violencia y muerte se ha convertido en un jugoso negocio en el cual bandas de presos y funcionarios corruptos de todos los niveles obtienen cuantiosas ganancias.

Desde Plomo al Hampa consideramos que el Gobierno Nacional y otros sectores de la sociedad deben asumir medidas serias y creíbles para que esta situación cambie radicalmente, abandonar la retórica barata de victimizar al delincuente y entender que una penitenciaría es un lugar de castigo, pero también un lugar donde impere la ley y el orden, no los caprichos de las bandas que incluso aterrorizan a los propios reclusos y que en cualquier momento podrían generar una amenaza a la seguridad ciudadana que deje consecuencias impredecibles.